lunes, 21 de marzo de 2011

Salazar Morales Lizeth

Conclusión.

El verdadero sistema mundial moderno, puede considerarse lejano al presente, ya sea por la falta de inclusión de todos los actores, debido a las crisis mundiales o a los movimientos sociales dentro de cada nación.

La destrucción de la sociedad, es un proceso constante que consiste en: una transmutación de la ideología, los cambios en la cultura o en las civilizaciones. Por ello podemos decir que los procesos sociales no destruyen a la propia sociedad, solo la modifican para adaptarse.

Parte de la plasticidad de las sociedades son los siclos de crisis, las guerras, la hibridación cultural o la homogeneización de las naciones.

Cada uno de estos procesos tiene dos vertientes como lo podemos ver en cada uno de los ensayos del libro, por un lado los gobiernos como fuente de poder inician muchos ciclos de cambio, pero paralelamente las sociedades como organismos vivos tiene la capacidad de irritabilidad, esto es: se rebelan con reacciones de mayor o igual magnitud a las de sus gobernantes.

Como ejemplo de ello se puede retomar el ejemplo de los Mexicoamericanos, cuya reacción ante la falta de una identidad solida que ninguna de las naciones a las que pertenece les otorga en su totalidad, coexisten en un territorio construyendo una subcultura.

Por este e innumerables asuntos sociales, se puede decir que la sociedad es la causa de su propio sufrimiento. Un país, cultura o civilización encuentra en sus defectos las causas que lo llevarán a la crisis y que subsecuentemente los orillaran a reencontrase para adaptarse o perecer.

Finalmente los cambios geopolíticos, que integran factores culturales, sociales, artísticos, económicos entre otro son similares a los cambio que las personas experimentan, el mundo siempre que se pretenda estudias será distinto tal como reza el poema de Mario Benedetti:

Se me ocurre que vas a llegar distinta
no exactamente más linda
ni más fuerte
ni más docil
ni más cauta
tan solo que vas a llegar distinta
como si esta temporada de no verme
te hubiera sorprendido a vos también
quizá porque sabes
cómo te pienso y te enumero

después de todo la nostalgia existe
aunque no lloremos en los andenes fantasmales
ni sobre las almohadas de candor
ni bajo el cielo opaco

yo nostalgio
tu nostalgias
y cómo me revienta que él nostalgie

tu rostro es la vanguardia
tal vez llega primero
porque lo pinto en las paredes
con trazos invisibles y seguros

no olvides que tu rostro
me mira como pueblo
sonríe y rabia y canta
como pueblo
y eso te da una lumbre
inapagable
ahora no tengo dudas
vas a llegar distinta y con señales
con nuevas
con hondura
con franqueza

sé que voy a quererte sin preguntas
sé que vas a quererme sin respuestas.[1]

Bibliografía:

· Wallerstein. Immanuel, Geopolítica y Geocultura, cap. XIII, XIV y XV, Barcelona, Editorial Kairós, 2007, pág. 273-328

Mario Benedetti, disponible en: http://www.poemas-del-alma.com/mario-benedetti-bienvenida.htm, consultada 20-de marzo de 2011, 16:56 hrs.


[1] Disponible en: http://www.poemas-del-alma.com/mario-benedetti-bienvenida.htm

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