lunes, 21 de marzo de 2011

Conclusión Cap. XIII, XIV y XV

INFANTE MIRANDA MARIANA LIZET

Finalmente, tomando como referencia tal situación, estimo que es esencial no caer en una concepción de pesimismo cultural sólo porque el sistema actual maneja cánones que son difíciles de bifurcar. Estoy consciente de que la lucha constante de beneficios sigue ciertas estrategias que pretenden la desintegración de las culturas para unificarlas en una sola y con ello, justificar las acciones dominantes y expansionistas de aquellos que ostentan mayor poder a comparación de los demás.
Pero si realmente se pretende hacer un cambio en la estructura, no se logrará con una falta de convicción que asegure una organización estable donde sus miembros, en vez de continuar con el objetivo principal de la reivindicación, opten por la tangente del poder.
Por ello, me parece prudente citar lo siguiente: “Es evidente que debemos construir una nueva praxis social a partir de una familia de movimientos que abarque los conocimientos y los intereses de todos los sectores que el actual sistema ha ninguneado y ha marginado” .
Una reivindicación debe sacar provecho del mayor número de elementos que tenga a su disposición, pero no a tal grado de llegar a una ideología de “superioridad” con respecto a los demás, sino de hacer relevante su actitud de cambio para replantear el sentido de la pluralidad de civilizaciones y con ello, crear un nuevo sistema histórico que sea más justo e igualitario para todos.

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