La organización de los procesos productivos en una escala mundial y la rápida circulación de la información favorecen en los intercambios comerciales entre las diferentes naciones. Las leyes de mercado están sujetas al poder de los Estados-nación y sus reglas son establecidas por las instituciones internacionales.
Por liberar excesivamente los mercados en condiciones de competencia desigual entre países, a la globalización económica, se le atribuye el aumento de las desigualdades y de la pobreza en el mundo, además del acelerado deterioro ambiental.
Las empresas trasnacionales y multinacionales contribuyen al proceso de globalización, porque favorecen la internacionalización de capitales, además de la producción en el ámbito planetario y el comercio internacional.
Las empresas trasnacionales y multinacionales obstaculizan el proceso de crecimiento económico de los países, donde establecen sus filiales, porque su interés principal es obtener el máximo beneficio. Así, orientan la especialización hacia productos con precios inestables y captan recursos, que se utilizaban para el beneficio del capital, de dichos países y que ahora benefician al capital de la empresa matriz.
Sin embargo, como estas empresas aportan conocimientos, experiencia y tecnología, además de que invierten donde falta capital y generan empleos, los países en desarrollo intentan atraer a este tipo de empresas, para que inviertan en ellos.
Por ello, la Unión Americana es el único país que posee la capacidad para intervenir en cualquier lugar del planeta, ya sea por razones políticas, económicas o militares. Esa capacidad es tanto económica como tecnológica.
El origen de su inmenso poderío económico, político y militar, se inició con su expansionismo territorial, y su crecimiento económico ha ido en espiral ascendente, a partir de la Segunda Guerra Mundial, porque no sufrió daños materiales en su territorio, otorgó préstamos a los países destruidos por la guerra y amplio sus mercados.
En el aspecto económico, Estados Unidos tiene la competencia de la Unión Europea y Japón, pero lo que respecta a su hegemonía militar, ningún país del mundo puede alcanzarlo. Su poder económico y su marcada primacía militar dan un enorme peso a sus decisiones en el concierto internacional.
Bibliografía:
WALLERSTEIN, Immanuel. Geopolítica y Geocultura, Editorial Kairós, Barcelona, 2007, 139-189 págs.
STEARLING, Bessy. Geografía Económica “La economía mundial”, Editorial Esfinge, México, 2008, 44-87 págs.
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