jueves, 17 de marzo de 2011

Capítulo 10, 11, 12.

Silva Zúñiga Evelyn Chantal.




Conclusión


Hay que comprender el análisis del sistema mundial, como conflicto de clases que juegan un papel importante para el desarrollo social, que marca una confrontación abierta de sociedades que buscan insaciablemente imponer las ideologías que más les convenga.
Parece entonces este término de cultura un factor problemático para entender que la vida del sistema o de una población resulta de fuerzas conflictivas que lo mantienen unido por tensión y los desgarran en la medida en la que cada uno de los grupos busca eternamente remodelarlo a su beneficio. El problema no radica en si hay o no un consenso, o si hay, o no, esta lucha de las fuerzas conflictivas de carácter cultural.
El análisis de un sistema social en el ámbito de sistema-idea, crea el problema consistente en cómo y en qué medida se analizaran las relaciones entre los grupos de conflicto para esta diversidad de ideas en el sistema mundial.
Estamos frente a una guerra de la existencia o de la desintegración de grupos sociales que mantienen ese carácter que los hace diferentes unos de otros y es esto lo que provoca desigualdad a nivel económico, político y cultural.
Pero estos enfrentamientos traen consigo un crecimiento y declive de su cultura, pues muchas veces interviene el factor capitalista de nuestro mundo real, ese que poco a poco se extermina con nuevas perspectivas de cambio que lo único que hacen es echar a la basura el gran sentido identitario que tenemos frente a nuestro grupo social y que es el prototipo a seguir de nuestras generaciones.
Todo esto sin olvidar que tenemos a una población con una democracia entre comillas, donde los mercados y la cultura son atacados. Aun dejando de lado la masiva intervención estatal de Estados Unidos en la economía internacional, la creciente concentración económica y el control de mercado y de ideologías que crea la ascensión de mecanismos infinitos para evadir y socavar la disciplina de mercados, culturas e ideologías presentes.
Estamos frente a la necesidad de adquirir nuevas culturas o rechazarlas ¿pero cuándo se nos imponen qué es lo que debemos hacer?, el mundo de la globalización crece día con día y va transformando lentamente nuestra cultura, está en nosotros el analizar y cuestionar lo que nos rodea.
Porque no es posible que en pleno siglo XXI, la sociedad en algunos lugares tenga ciertos retrocesos en sus culturas; pero claro, la culpa es de sus gobernantes porque prefieren que la sociedad no analice y reflexione estas cuestiones y es aquí donde el cambio si debe de darse pero esta es la gran controversia en entre la gran diversidad cultural llámese hábitos, costumbres, religión, etc.
¡Hagamos que exista la libertad y la igualdad!, aunque suene un poco idealista.

Bibliografía:
Wallerstein, Immanuel. Geopolítica y Geocultura, Editorial Kairós, Barcelona, 2007, 218-275 pp.

No hay comentarios:

Publicar un comentario