Conclusión: EQUIPO 2

* Diversidad cultural y mundialización- Armand Mattelard *

Debido a los constantes conflictos generados a partir de la dominación y territorialidad en los medios de interrelación estatal, la cultura se ha convertido en un elemento de suma importancia para la distribución de bienes y servicios que reflejan el nivel de desarrollo entre naciones, pues es innegable que las potencias mundiales nunca cederán sus altos índices de crecimiento hacia territorios subdesarrollados con el fin de fomentar la unidad global.

Se puede considerar como un reto el estímulo a promover, proteger y preservar la identidad cultural de las civilizaciones, ya que la libre búsqueda del desarrollo intelectual y social se verá obstaculizado por políticas gubernamentales que sólo consideran los beneficios inmediatos de los más privilegiados a costa de la soberanía y la filiación nacional.

En la realidad, no es posible hablar de una pluralidad de culturas con verdadera autonomía aunque se plantee lo contrario de manera teórica. Quizá el universalismo en el que nos situamos ha constituido un elemento vital que justifica la premisa de que el ser humano debe ajustar su comportamiento a determinadas leyes generales. No obstante, consideramos que es irracional pretender que el hombre tiene que actuar de forma mecánica esperando las órdenes de su superior inmediato, creando un ambiente de jerarquías y exponiendo su identidad para ser parte de un patrón a seguir. Desafortunadamente, este planteamiento se ha hecho factible una vez que los grupos culturales se mantienen exentos de realizar una reivindicación de sus objetivos que defina su verdadera identidad.

Finalmente, tomando como referencia tal situación, estimamos que es esencial no caer en una concepción de pesimismo cultural sólo porque el sistema actual maneja cánones que son difíciles de bifurcar. Estamos conscientes de que la lucha constante de beneficios sigue ciertas estrategias que pretenden la desintegración de las culturas para unificarlas en una sola y con ello, justificar las acciones dominantes y expansionistas de aquellos que ostentan mayor poder a comparación de los demás.