No cabe duda que la ideología de los países en potencia ha radicado, pasando a ser una competencia con fines de lucro e interés por demostrar la eficacia de de su modelo, para imponer su poder y expandirlo mundialmente, cuando en verdad deberían buscar el verdadero sentido del estado.
Haciendo énfasis de que no solo Estados Unidos sino también Japón y Europa Occidental a partir del siglo pasado han logrado posicionarse como economías centrales y de gran influencia frente a países en vías de desarrollo.
Por tal motivo creo que más un símbolo de alianzas, acuerdos y pactos ya sea por el vecino de México, por el viejo mundo o por el popular país asiático se trata de un símbolo de dependencia.
Y digo esto, porque todos los países sufren una repercusión buena o mala frente a la Segunda Guerra Mundial por ejemplo o de igual forma que las ventajas que trajo la “Guerra Fría” por mantener el sentido de neutralidad y tomarlo más como un enfrentamiento ideológico.
Sin embargo, cuando haya superávit o no, cuando los países logren una mayor productividad o se encuentren en estancamiento, siempre los ricos serán ricos y los pobres serán pobres.
Mientras se espera la nueva era de la biotecnología y tal vez el próximo líder mundial que se espera que sea China.
Quiroz Quiroz Gabriela.
*Wallerstein, Immanuel. Geopolítica y Geocultura, Editorial Kairós, Barcelona, 2007, 31-70 págs.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario